sábado, 10 de marzo de 2012
Si tuviera el poder de la lágrima dejaría de llorar.
Me invade la tristeza al saber que no estás a mi lado para consolarme, para darme un beso y subirme el ánimo, para restablecer me autoestima, si supieras la agonía que siento al despertar y ver que ya no estás a mi lado, es un dolor que al parecer nunca tendrá fin, pero aun así siempre intento recordar solo los buenos momentos compartidos y seguir mi vida, ya que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.
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