domingo, 29 de julio de 2012

Olvídate de todo por un momento y piensa en ti.

Miras por la ventana y te pierdes en el horizonte. Observas cada detalle, a cada persona, cada momento.. De repente empiezas a pensar. Piensas en todas tus acciones , decisiones, en todos y cada uno de los momentos que has vivido. Empiezas a recordar cada instante de tu vida en el que te has sentido tan feliz que pensabas que nada lo cambiaría, pero también en cada instante en el que lo pasaste mal o la cagaste o cuando algo o alguien desapareció. Unas pequeñas lagrimas salen de tus ojos y no eres capaz de aguantar, lloras y cuando acabas, una risa tonta aparece en tu cara. Es ahí, justo en ese instante cuando te das cuenta de todo lo que pasa a tu alrededor, de todo lo que sientes. Cambias el chip y te das cuenta de que no todo puede ser perfecto, pero si lo bastante bueno como para sentirte bien. Decides comenzar a pasar de los malos comentarios de la gente, de las ralladas. Comienzas a hacer lo que crees que sería mejor para ti y tras cada decisión y acción te vas con la cabeza bien alta. Dejas de hacer lo que crees que es mejor para los demás y empiezas a pensar en ti.
Esto es solo el comienzo. Disfrutas de cada instante, de todo, como si fuera el último. Vives, eres feliz.

jueves, 5 de julio de 2012

Nunca volverás a sentir lo mismo.

Siempre hay un momento en el que el camino se bifurca, cada uno toma una dirección, pensando que los caminos se van a volver a juntar, y desde tu camino cada vez ves mas pequeña a la otra persona, y piensas que sois el uno para el otro.

Pero luego solo pasa una cosa, llega el puto invierno, y de repente te das cuenta de que todo ha terminado de verdad, ya no hay vuelta atrás, lo sientes, y justo entonces intentas recordar donde empezó todo y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas, y justo ahí, justo en ese momento, te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez y que por mucho que te esfuerces nunca volverás a sentir lo mismo, nunca volverás a tener la sensación de estar a 3 metros sobre el cielo.

Un beso sobre el que construir un sueño.

Sacarte una sonrisa después de besarte es la mejor excusa para volver a besarte.
Y es que me encanta besar esos labios porque sus besos son únicos.