domingo, 29 de julio de 2012

Olvídate de todo por un momento y piensa en ti.

Miras por la ventana y te pierdes en el horizonte. Observas cada detalle, a cada persona, cada momento.. De repente empiezas a pensar. Piensas en todas tus acciones , decisiones, en todos y cada uno de los momentos que has vivido. Empiezas a recordar cada instante de tu vida en el que te has sentido tan feliz que pensabas que nada lo cambiaría, pero también en cada instante en el que lo pasaste mal o la cagaste o cuando algo o alguien desapareció. Unas pequeñas lagrimas salen de tus ojos y no eres capaz de aguantar, lloras y cuando acabas, una risa tonta aparece en tu cara. Es ahí, justo en ese instante cuando te das cuenta de todo lo que pasa a tu alrededor, de todo lo que sientes. Cambias el chip y te das cuenta de que no todo puede ser perfecto, pero si lo bastante bueno como para sentirte bien. Decides comenzar a pasar de los malos comentarios de la gente, de las ralladas. Comienzas a hacer lo que crees que sería mejor para ti y tras cada decisión y acción te vas con la cabeza bien alta. Dejas de hacer lo que crees que es mejor para los demás y empiezas a pensar en ti.
Esto es solo el comienzo. Disfrutas de cada instante, de todo, como si fuera el último. Vives, eres feliz.

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